
Un cuarto de 4 paredes con un gran ventanal… encierra el alma del soñador, del intelectual y quien promete un futuro mejor. Gotas de lluvia golpean el vidrio de mi ventana y lentamente, con gran pesar, resbalan una a una para llegar al final de un abismo lleno de lagrimas de jóvenes y viejos, estudiantes y maestros… repitentes y becados.
Esfuerzos en vano, noche tras noche… insomnio innecesario. Hojas que perdieron su valor al ser usadas para palabras que derrochan saberes profanos. Vicios innecesarios que no traen nada bueno pero derraman todo esfuerzo.
Pequeño escrito que en forma de prosa Muestra con odio poético La tirana vida de un estudiante.
Tensión se siente en el aire… solo se escucha en el salón de clase el murmullo de la masa oprimida y manipulada. Con un suspiro despreocupado un maestro hace su aparición… el día se repite una y otra vez… hasta que la historia da un vuelco y ya no es un colegio, si no una universidad… el cuento vuelve a empezar.